Noticia publicada en El Comercio el pasado 30 de agosto, última página. Mira tu de los que nos enteramos por aquí, hablaré con Ana a ver si nos interesa....
Oportunidad. 2,7 millones de metros cuadrados. Inmejorables vistas al mar y a la montaña. Tranquilidad demostrada doce meses al año. Y todo por el módico precio de nueve millones de euros -que para los que todavía necesitan conversor son 1.500 millones de las antiguas pesetas-. Eso sí, la propiedad no tiene decenas de cuartos de baño con jacuzzi, ni interminables salones con chimenea. Ni siquiera tiene paredes, pues en esta propiedad, recién puesta a la venta, las únicas paredes las ponen las olas y el viento. Se trata de una isla, de esas que compran los millonarios del mundo para tener sol propio y naturaleza casi ilimitada bajo su talonario, algo poco común en las costas españolas, pero muy corriente en las americanas. Es un arrecife canario, conocido como isla de la Montaña Clara.
Ahora lo único que hace falta es que alguien responda al anuncio de la inmobiliaria Look & Find, la red de franquicias encargada de lograr que este territorio privado cambie de manos. Localizada al norte de Lanzarote, entre La Graciosa y Alegranza, Montaña Clara fue adquirida hace 50 años por Mariano López Socas, que en aquel entonces era el alcalde del municipio de Haría en Lanzarote. Son, precisamente, sus herederos, actuales propietarios del peculiar paraje canario, los que ahora se quieren desprender de la propiedad o lo que es lo mismo de los 2,7 millones de metros cuadrados que forman parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y de la Reserva Natural de los Islotes. Dicho sea de otro modo, que en ninguno de los cientos de miles de metros se puede levantar una sola casa por pequeña que sea.
Los López Socas han mantenido hasta ahora esa imposibilidad y al firmar la escritura de venta requerirán del comprador que se comprometa a lo mismo, Es decir a respetar y conservar este paraje natural.
Montaña Clara, que se llama así por los tonos claros con los que la ha dibujado su cono volcánico, forma parte de la mayor reserva marina de España y la segunda de Europa. En este espacio natural se pueden encontrar 228 especies de peces y 304 macroalgas, además de aves como el halcón heleanor, el guincho, pardelas e, incluso, una especie de musaraña.
Una de las razones para poner a la venta este territorio radica en que el Ministerio de Medio Ambiente pretende incluir a todos los islotes del archipiélago Chinijo dentro del dominio Marítimo-Terrestre, para lo que ha impulsado su expropiación. Sin embargo, aún no se ha dado luz verde a este proyecto.
