CAMINO A LA HERRERÍA DE COMPLUDO, ÚLTIMA EN ACTIVO
O al menos eso decía en la guía. En la foto todavía no hemos llegado y el entorno es precioso, así que... de momento espectantes e ilusionados... claro que la capacidad del marketing turístico y los huevos cuadrados de los que redactan los panfletillos no nos hacía presentir... LA HERRERÍA. La herrería en cuestión era una casa... más o menos cuidada por fuera, tenía puerta y guardiana (paisana sentada en silla de playa con un plumas hasta las orejas y sin levantar la cabeza de una revista de MÍA del mes pasado). Dentro oscuridad, entras y como no ves por el cambio de luz todavía conservas la esperanza, pero ruido de que esté en activo... poco. Cuando consigues aclimatar la vista te encuentras los restos de una herrería poblados de telarañas y en equilibrio inestable, con el suelo lleno de mierda y desde luego de activo ná de ná y cuando digo ná, es ná. Cuando sales ves 4 pedrolos (supestamente procedentes del hogar de la herrería pero que podrían ser de la casa de la señora MÍA) dispuestos en trocitos de troncos que se mantienen derechos de milagro y con un cartel que pone "restos del antiguo hogar herrería"... SUBLIME. Todo esto sin mencionar las riadas de personas que sin saber cómo ni porqué (nunca había ido a un sitio típico de semana santa en semana santa) llegan a ese lugar tan recóndito en el que además no hay nada... PRACTICAMOS UN BORREGUISMO DE COJONES pero realmente nos echamos unas risas que te mueres y lo pasamos pipa pero... que morro tienen algunos.
Por cierto BIENVENIDOS a los conejeros que por fín se han conectao.... CÓMO MOLA!!!!!
Betines, Ana
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Santitón -